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El derrumbe de Cacique Entertainment

logo de cacique roto y el titulo: el derrumbe de cacique

Pasaron meses desde la entrevista que tuvimos con Cacique en la página de Portazo. A pesar de las expectativas que tuvimos inicialmente, esta plática terminó con una decepción total de nuestro lado hacia este promotor, antes aplaudido y apreciado por muchos. Después de más de una década en la escena del metal mexicano, su reputación se rompió como un vaso de cristal con la cancelación del concierto de Tokio Hotel en CDMX. Pero debemos admitir: su caída no se debe únicamente a un incidente, sino a una cadena de errores estratégicos, alianzas peligrosas y, sobre todo, a una absoluta desconexión con su público. Esto se veía venir desde mucho antes; solo estuvimos ignorando las señales.

Cuando nos preparábamos para entrevistarlo, pensamos en diferentes escenarios, pero lo que pasó nos dejó deprimidos, con sentimientos muy perturbadores. Esperábamos escuchar disculpas por lo sucedido con Tokio Hotel, y luego que el propio Cacique explicara su versión. Pero lo que se reveló fue una historia que muestra exactamente por qué el público ya no está dispuesto a confiar.

Aquí están los puntos que, en nuestra humilde opinión, llevaron a Cacique a la triste situación en la que se encuentra ahora.


1. Dejar al inversor… y perder el control

Cacique se separó de su socio principal, quien financiaba el exitoso México Metal Fest. En lugar de reestructurar su proyecto y empezar con eventos pequeños, apostó por festivales grandes sin tener ya los recursos. El resultado fue predecible: deudas, cancelaciones y promesas incumplidas.

Sabiendo que ya no contaba con el mismo respaldo, Cacique aplicó la vieja confiable: vender múltiples eventos de una vez y utilizar los recursos para financiar sus diferentes proyectos, en lugar de retener ese dinero por si surgía una situación impredecible que requiriera el reembolso.

“No somos un Zignia que tiene millones de dólares. Somos una empresa independiente que trabajamos con capital de inversionistas también independientes”, declaró durante la entrevista.

Admitimos que estas prácticas no son nuevas y que sí podrían funcionar si sus socios hubieran seguido siendo leales. El comportamiento de todas las partes involucradas nos parece una tremenda falta de profesionalismo: Cacique admitió que el evento de la otra productora había sido anunciado en el Velódromo desde noviembre, lo cual contradice su versión de que se enteró la misma semana de su evento; el Velódromo, según Cacique, prometió mover su evento a Fray Nano y no cumplió su parte de las negociaciones con la banda y su agencia. Todo esto es un tremendo desastre y muestra el desorden que hay detrás de la organización de algunos eventos. Después de conocer todo esto, ya no nos sorprenden las cancelaciones de último momento.


2. Juntarse con los peores

Uno de los puntos más críticos fue su decisión de asociarse con Sergio Viveros Roa, conocido por sus dudosas practicas en la organización de los eventos.

“Yo no tenía más reputación de Sergio más que las que, por ejemplo, me había dicho mi amigo”, dijo Cacique.

Sergio, conocido antes por su promotora Legion Prods, es un personaje muy cuestionado en la escena metalera. Pese a que esta información era pública desde años atrás, Cacique afirma que no investigó más porque recibió una buena referencia de un amigo. Incluso le delegó la negociación con las agencias de booking cuando logró contratar artistas como Gojira, Mastodon y Lamb of God.

“Teníamos alrededor de tres millones y medio pagados hacia Dreamers que es representado por Sergio”

“Le terminé mandando casi 1,700,000 pesos a Sergio el día antes del evento de Tokio Hotel”, confesó.

¿Ustedes se imaginan prestar, no 1.7, no 3 millones, pero digamos 17 mil pesos, a un sujeto del quien solo tienen buenas referencias de un amigo? Nosotros tampoco. Más sobre Sergio y las acusaciones en su contra pueden leer en este post.


3. Tokio Hotel: falta de empatía y desprecio al cliente

Vamos a darle el beneficio de la duda a Cacique en cuanto a que la cancelación no fue únicamente su culpa, sino producto de la falta de profesionalismo de todas las partes involucradas. Lo verdaderamente perturbador no es la cancelación, sino la tremenda falta de empatía y el rechazo a asumir responsabilidad.

A pesar de haber anunciado el inicio de reembolsos el 20 de enero, hasta el día de la entrevista (24 de febrero de 2024), no había comenzado el proceso. Cacique guardaba un silencio absoluto. Además, justificó no responder a los fans alegando agresiones, bloqueándolos en redes sociales y cerrando canales de comunicación.

“No nos ponemos en los zapatos de nuestros clientes o de los fans de la banda.”

¿No se supone que el cliente es quien paga y hace posible el negocio? Jamás ofreció una disculpa directa ni mostró un entendimiento real del impacto que significa perder 2,000 o 5,000 pesos para una persona común.

“Yo lo que haría es pedir disculpas”, propone MalaSuerte.
Pero Cacique nunca lo hace.

Lo único que ofreció fue el canje por eventos de metal, algo absurdo considerando que el público de Tokio Hotel difícilmente asistiría a ese tipo de conciertos. En los comentarios de la entrevista se nota cómo el público recibió la noticia: docenas escribieron “NO al canje, ¡reembolso!”. Pero durante los meses siguientes, algunas personas se dirigieron a nosotros pidiendo ayuda para canjear sus boletos. ¿La respuesta de Cacique? Bloquearlos.


4. Relaciones públicas de Cacique: teorías de conspiración y cacería de brujas

Guerra sucia. Así es como Cacique percibe las críticas públicas, denuncias mediáticas y preguntas legítimas sobre los reembolsos: como parte de una campaña orquestada en su contra. En su narrativa, él no solo es víctima de fraude por parte de Sergio y el Velódromo, sino también de linchamiento mediático.

“No podemos tener abiertos tantos frentes… Estamos tratando de defendernos de difamaciones y calumnias mientras armamos eventos.”

Aunque nosotros tenemos ciertos datos que demuestran que sí ha existido “guerra sucia” contra algunos eventos, eso no significa que cualquier comentario mínimamente crítico forme parte de una conspiración. El comportamiento de Cacique nos parece preocupante y paranoico, como si estuviera convencido de que agentes secretos lo persiguen.

Responder a críticas y mantener comunicación con el público es esencial en cualquier negocio. Las críticas permiten resolver conflictos y son una fuente valiosa de retroalimentación. Nosotros, siendo una página por hobby, tratamos de aprender de los comentarios. En nuestros trabajos profesionales fuera de la página, la atención al cliente y las relaciones públicas son prioritarias. ¿Se imaginan que un banco los bloquee por dejar un comentario negativo sobre su app? Es inaceptable. Entonces, ¿por qué deberíamos perdonárselo a Cacique?

Después de la entrevista, le sugerimos sinceramente que contrate a alguien profesional para manejar sus redes sociales y relaciones públicas. En ese momento, simplemente colgó sin despedirse. Cacique, si lees esto, considera dejar ese trabajo en manos de alguien preparado.


5. Medios cuestionables, decisiones peores

Hablando de guerra sucia. ¿Qué página una y otra vez publicó que México Metal Fest no vendía, que había rumores de cancelación, burlándose de la población de Monterrey de forma despectiva? Ya saben, el infame Summa Inferno.

“Publican eventos de todos… no somos los únicos”, justificó sobre Summa Inferno.
“No estoy trabajando con él ni está asociado conmigo… lo uso como medio de difusión.”

Entonces, la “guerra sucia” le quita el sueño, pero usa como medio promocional a la única página conocida por atacarlo constantemente, con una reputación más que cuestionada en la escena. Bueno… sin comentarios.


En conclusión:

Mientras algunos hacen memes burlándose de Cacique y otros arman transmisiones para adivinar por qué no se vendió The Metal Fest, nosotros pensamos que su historia es un buen ejemplo de cómo se puede perder todo lo construido durante años por una serie de malas decisiones.

Falta de ética profesional, asociaciones imprudentes, desprecio por el cliente, nula comunicación, teorías de conspiración, negación de responsabilidades y falta de introspección real: estas son las razones por las que sus festivales ya no venden. Probablemente nunca volverán a tener el éxito de antes.

Nos duele ver que México Metal Fest, un festival que presentó grandes bandas, con buen ambiente y servicio, sea ya parte del pasado. Cacique se hundió solo. Cayó de su pedestal de promotor rebelde y honesto, una reputación que él mismo construyó por años. Desafortunadamente, ahora es solo uno más de los muchos negocios poco profesionales en este país.

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