Lucifer’s Business
Llegó la hora de escribir la reseña sobre esta experiencia caótica que vivimos en el México Black Metal Chaos. Primero que nada, queremos expresar nuestro aprecio a Lucifer’s Business por su entusiasmo y amor por el arte. Son de los pocos promotores que se atreven a traer bandas de culto, sabiendo que no van a convocar a miles de personas. Sin embargo, los verdaderos fans del género agradecen profundamente la oportunidad de ver propuestas diferentes. Lucifer’s Business ha traído a México bandas como Gaerea, Akhlys, Craft y Uada. A pesar de todo lo que sufrimos esa noche, volveremos a apoyar a este gran promotor y le deseamos todo el éxito en su misión de traer lo mejor del black metal moderno a estas tierras.
Edición 2025
El cartel del 2025 fue verdaderamente impresionante. Vivimos una experiencia musical enriquecedora que fue mucho más allá del clásico black metal (aunque también estuvo presente). Bandas como Thantifaxath, Ghost Bath, Panzerfaust y Shining demostraron la diversidad del género: el black metal no es solo corpsepaint y tremolos.
Las bandas nacionales también sorprendieron con calidad y energía. Salimos del festival con varios descubrimientos nuevos y discos por explorar. En especial, destacamos la actuación de UTSA, una bandota que dio un show memorable antes de la pausa en su carrera.
Black Altar ofreció un performance impresionante y sigue de gira por México. Si pasa por tu ciudad, no te lo pierdas.
Ahora, la cronología de los hechos.
En la prefiesta todo transcurrió tranquilamente. Disfrutamos de las bandas, cubrimos el evento y recargamos energías para lo que sería un día largo. Aunque nadie imaginaba cuán largo sería. El HDX siempre ha sido un lugar poco disfrutable: su rara distribución, el calor, y la entrada diminuta lo hacen incómodo. Ese día hacía bastante calor, y estar adentro se volvió pesado. Notamos que algunas bandas tuvieron problemas de sonido y con la batería, cosa que no sucedió en la prefiesta. A pesar de ello, se notaba mucho entusiasmo tanto en las bandas como en el público.
Cuando Black Altar comenzó a preparar su set, decidimos salir a respirar un poco, ya que los habíamos visto el día anterior. En ese momento notamos el inicio del fin: varias patrullas estaban estacionadas fuera del HDX, la entrada fue bloqueada por granaderos, e inspectores del gobierno se preparaban para ingresar al recinto. Todos hablaban ya de una posible cancelación. Cuando la inspectora entró, la seguimos. Qué lástima no haber captado una foto de su rostro al ver a Black Altar sobre el escenario. Unos minutos después, su presentación fue interrumpida y el organizador, {nombre}, anunció: el festival se cancela por falta de permisos por parte del HDX. Harían todo lo posible por mover el festival a otro foro.
¿El triste fin?
En ese momento, creímos que era el fin del festival. Parecía imposible conseguir otro lugar con permisos, siendo ya las 7 de la tarde de un sábado. Lo que vivimos después fue una experiencia surrealista: compartimos unas copas con Panzerfaust en la Cabrería. Ellos también expresaron su frustración: lo peor para una banda es llegar, estar en el lugar, ver a tanto público ansioso por escucharles… y no poder tocar. Nosotros, igualmente tristes, porque queríamos verlos en el escenario y no en estas circunstancias tan decepcionantes.
Al intentar contactar a todos nuestros conocidos, notamos el esfuerzo titánico y colectivo que se estaba gestando para salvar el festival. Ese día, muchos promotores olvidaron sus rivalidades y se unieron para encontrar un lugar donde pudiera continuar el evento. Y como fuego, se difundió la noticia: el evento se movería al Fvckoff Room.
La noche mágica
Y aquí comenzó el peregrinaje para encontrar el dichoso Fvckoff Room: no había fotos de la fachada, la ubicación en Google estaba mal, y encima empezó a llover. Ya esperando afuera del venue, justo frente a nosotros, dos chicas en motoneta se cayeron, provocando una impresionante lluvia de chispas. Segundos después, una multitud de greñudos con playeras satánicas corrió a ayudar. Levantaron la motoneta, detuvieron el tráfico: aplausos para todos los involucrados en esa operación de rescate. Las bandas comenzaron a llegar. Se publicaron nuevos horarios. El ánimo del público cambió; del sarcasmo fatalista pasamos a una mezcla de nervios y expectativa: ¿De verdad sí se va a lograr continuar el festival?
En algún momento, la fila comenzó a moverse. Se logró.




Final felíz
Entramos cuando ya tocaba Thantifaxath. ¿Qué podemos decir? A pesar de ser un lugar muy pequeño, Fvckoff Room se sintió de lujo comparado con el HDX: buena ventilación y un sonido cristalino. En condiciones extremas, con tiempo mínimo para soundcheck, la calidad del audio nos sorprendió y nos revivió, a pesar del severo dolor de espalda. El resto de la noche lo pasamos disfrutando música tremenda de bandas excepcionales y celebrando esta pequeña victoria para la escena musical mexicana.




Conclusión
En conclusión, lo que más nos impresionó fue esto: los milagros que pueden ocurrir cuando todos dejan de pelear y se unen por un objetivo común. Esa noche no solo los promotores hicieron una tregua para salvar el festival, también se sintió un ambiente de hermandad entre los asistentes. Todos trataban de ayudar a otros: difundiendo información, buscando direcciones, compartiendo una charla. Saludos a todos los amigos que conocimos y con quienes tuvimos el honor de platicar.


Esperamos que esta buena vibra se mantenga después del festival. Estamos ansiosos por las sorpresas que nos traerá Lucifer’s Business en las siguientes ediciones del México Black Metal Chaos. No olviden las fechas de Black Altar y nos vemos en los próximos eventos y festivales.